verás caer los besos que brillan en mí.
Más allá del olvido". Alejandra Pizarnik
_ Muchacho, cómo se nota que está enamorao _ rió con ganas sin apartar la mirada de su tarea.
_ Así es, mi negra linda. Clarita es el sol que iluminó mi tristeza _ Joaquín, desde la muerte de sus padres en alta mar, vivía acosado por la sombra de la melancolía y la nostalgia. Sólo Candelaria con su inmenso amor pudo contener al pequeño signado por la desgracia.
_ ¿Y qué hay de mí? ¿Sólo sirvo pa´cocinar y limpiar? ¡Yo también lo hago reír, carancho!_ exclamó herida.
_ Mirá que sos celosa _ la abrazó por detrás y le dio un sonoro beso en la mejilla regordeta.
_ ¡Salga, salga! A mí no me engaña, me adula pa´que le prepare la ambrosía que tanto le gusta. Vamo a ver si la señorita Clara sabe hacerla tan rica como yo.
_ La ambrosía de mi Candelaria es única _ rió mientras la obligaba a bailar un vals con él.
_ ¿Qué es este desbarajuste? _ se escandalizó Amelia que en ese instante entraba en la cocina buscando una manzana.
_ Estamos festejando que soy feliz, muy feliz, primita _ contestó Joaquín sin dejar de hacer girar a Candelaria que gozaba sin importarle la cara avinagrada de Amelia.
_ Te espero en el comedor y tú, Candelaria, apresura la comida, estoy famélica _ ladró ofuscada.
Cuando desapareció, Joaquín y Candelaria continuaron alegres con su baile sin hacer caso al desplante de Amelia.
Imanol y Rafael estaban sentados a la mesa esperando a Joaquín. Amelia ocupó su lugar junto a Rafael. Distraídamente rozó su pierna con la del hombre, él al darse cuenta, lo disfrutó. Le gustaba la forma desprejuiciada y desenvuelta de Amelia. Las pacatas lo aburrían tremendamente. Por eso mismo, se sorprendió gratamente cuando Lourdes lo invitó a la Opera. Las mujeres nunca tomaban la iniciativa.
_ ¡Joaquín!, ¡hombre!, ven, prueba este vino tinto. Es excelente, me ha dicho Bautista que lo han traído desde Mendoza _ Imanol saboreaba encantado un vino de gran reserva.
Todos llenaron sus copas de fino cristal con el vino rojo de mucho cuerpo.
_ Con razón se dice que el vino es la bebida de los dioses. ¡Humm!, carnoso...Amelia siente esa intensa sensación física al pasarlo por la boca...¡Humm! _ Imanol alabó gratamente sorprendido las propiedades del vino, los demás sonreían.
_ Imanol, me han comentado que el vino beneficia la salud, ¿es eso cierto? _ preguntó Rafael interesado.
_ Claro que sí, el consumo moderado del vino ayuda a contrarrestar diversas enfermedades, como por ejemplo, las coronarias. Esto me lo ha enseñado un médico moro que conocí en Andalucía. _ dijo circunspecto.
El aroma del locro los distrajo del tema. Candelaria les sirvió con elegancia y orgullo, provocando desconcierto en Amelia.
_ Bautista, ¿irás a la Opera? Clarita me contó que Lourdes te invitó _ preguntó Joaquín entre bocado y bocado.
"Esa puta descarada lo persigue como una gata en celo. ¡Cuánto la odio!"
_ Sí _ respondió de manera sucinta.
Joaquín levantó una ceja expresando extrañeza. "Bautista esconde algo...¿habrá comenzado a recordarla?", ese pensamiento le produjo alegría por su amigo.
_ Así que la bella señora Cané asistirá a la función de Rigoletto...
_ ¿Acaso te interesa? _ Amelia interrumpió a su hermano esperanzada. "¡Ojalá le interese esa mujer!", deseó.
_ Tiene dos hijos, ¿verdad? _ continuó Imanol sin prestar atención a su hermana. Amelia al escucharlo, tembló.
_ Un niño y una niña _ Bautista sonrió al recordar a Alba limpiándose la nariz en la falda de Amelia y a Miguelito tirando de las trenzas doradas de la pequeña.
_ Imanol, mañana por la noche será una buena oportunidad para que encares a Lorenzo Escalante. Pueden tratar el tema de los cueros y, además, puedes pedirle que te asesore en el tema de los campos que tu padre quiere comprar _ le aconsejó Joaquín mientras pasaba un trozo de pan por su plato. Amelia lo observaba escandalizada, "¡Que modales tiene, por Dios!", pensó.
_ Brindo por esa idea, primo _ levantó la copa de vino y la vació de un solo trago _ Delicioso _ elogió. "Dos niños, ¡que maravillosas sorpresas me depara la vida!", concluyó para sí Imanol.
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